La Primera Guerra Mundial (también llamada la Gran
Guerra) fue un conflicto bélico mundial iniciado el 28 de julio de 1914 y finalizado
el 11 de noviembre de 1918. Involucró
a todas las grandes potencias del mundo, que se
alinearon en dos bandos enfrentados: por un lado, los Aliados de la Triple Entente, y por
otro, las Potencias
Centrales de la Triple
Alianza.
En el transcurso del conflicto fueron movilizados más de 70 millones de
militares, incluidos 60 millones de europeos, lo que
lo convierte en una de las mayores guerras de la Historia.
Murieron más de 9
millones de combatientes, muchos
a causa de los avances tecnológicos de la industria armamentística, que hizo
estragos contra una infantería que fue usada de forma masiva y temeraria.
El asesinato del
archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono
del Imperio
austro-húngaro, el 28 de junio de
1914 en Sarajevo, fue el
detonante inmediato de la guerra, pero las causas subyacentes jugaron un papel
decisivo, esencialmente el imperialismo de las
políticas exteriores de grandes potencias europeas como el Imperio alemán, el Imperio
austro-húngaro, el Imperio otomano, el Imperio ruso, el Imperio
británico, Francia e Italia. El
asesinato de Francisco Fernando por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip dio
como resultado un ultimátum de los Habsburgo al reino de Serbia. Las
potencias europeas invocaron diversas alianzas formadas años y décadas atrás,
por lo que sólo unas semanas después del magnicidio las grandes potencias
estaban en guerra. A través de sus colonias, el conflicto pronto se extendió
por el mundo.
El 28 de julio, el conflicto dio comienzo con la invasión
de Serbia por Austria-Hungría, seguida de la
invasión de Bélgica, Luxemburgo y
Francia por el Imperio alemán, y el ataque de Rusia contra Alemania. Tras ser
frenado el avance alemán en dirección a París, el Frente Occidental se
estabilizó en una guerra estática de desgaste basada en una extensa red de trincheras que
apenas sufrió variaciones significativas hasta 1917. En el frente oriental, el
ejército ruso luchó satisfactoriamente contra Austria-Hungría, pero fue
obligado a retirarse por el ejército alemán. Se abrieron frentes adicionales
tras la entrada en la guerra del Imperio otomano en 1914: Italia y Bulgaria en
1915 y Rumanía en
1916. El Imperio ruso colapsó
en 1917 debido a la Revolución
de Octubre, tras lo cual dejó la guerra. Después de una
ofensiva alemana a lo largo del Frente Occidental en 1918, las fuerzas de
los Estados Unidos se
unieron a los Aliados de la Triple Entente, que hicieron retroceder al ejército
alemán en una serie de exitosas ofensivas. Tras la Revolución
de Noviembre de 1918 que forzó la abdicación del Káiser, Alemania
aceptó el armisticio el 11
del mismo mes.
Al final de la guerra cuatro potencias imperiales, los imperios Alemán,
Ruso, Austro-Húngaro y Otomano, habían sido derrotados militar y políticamente
y desaparecieron. Los imperios alemán y ruso perdieron una gran cantidad de
territorios, mientras que el austro-húngaro y el otomano fueron completamente
disueltos. El mapa de Europa Central fue
redibujado con nuevos y pequeños estados y se creó la Sociedad
de Naciones con la esperanza de prevenir otro
conflicto similar. Los nacionalismos europeos,
espoleados por la guerra y la disolución de los imperios, las repercusiones de
la derrota alemana y los problemas generados por el Tratado de Versalles se consideran
generalmente como factores del comienzo de la Segunda
Guerra Mundial.
- 1 La Paz Armada
- 2 Detonante del
conflicto
- 3 Guerra de movimientos
- 4 Frente occidental
- 5 Frente oriental
- 6 Otros frentes
- 6.1 Frente balcánico
- 6.2 Frente del Oriente
Medio
- 6.3 Frente Italiano
- 6.4 La guerra en África
- 6.5 La guerra en el
Extremo Oriente y el Pacífico
- 6.6 La guerra en el mar
- 7 Telegrama Zimmermann
- 8 1917: el giro de la
guerra
- 9 Fin de la guerra
- 10 Tratados de paz
- 11 Aspectos económicos
- 12 Consecuencias
- 13 Testimonios,
literatura y filmografía
- 14 Véase también
- 15 Referencias
- 16 Bibliografía
- 17 Enlaces externos
La Paz
Armada
A finales del siglo XIX, el Reino Unido dominaba el mundo tecnológico,
financiero, económico y sobre todo político. Alemania y Estados Unidos le
disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los
inicios del siglo XX se produjo el reparto
de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y Asia Meridional, así como
el gradual aumento de la presencia europea en China, un estado
que para entonces se hallaba en franca decadencia.
Reino Unido y Francia, las dos principales potencias coloniales,
se enfrentaron en 1898 y 1899 en el
denominado incidente
de Faschoda, en Sudán, pero el
rápido ascenso del Imperio alemán hizo
que los dos países se unieran a través de la Entente cordiale. Alemania, que
solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas
islas del Pacífico (Nueva Guinea, las Marianas, las Carolinas , las Islas Salomón, entre
otras) y enclaves comerciales en China, empezó a
pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a
su unificación
en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al
Reich, que sólo podía contar con la alianza incondicional del Imperio
austrohúngaro. Por su parte, el Imperio rusoy, en menor
medida, los Estados Unidos controlaban vastos territorios, unidos por largas
líneas férreas (Transiberiano y ferrocarril Atlántico-Pacífico,
respectivamente).
Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en
la Guerra
Franco-prusiana de 1870-1871. Mientras
París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el
llamado Segundo Reich) en
el Palacio
de Versalles, lo que significó una ofensa para los
franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que
pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Su recuperación
era ansiada por el presidente francés, Poincaré,
lorenés. En general, las generaciones francesas de finales del siglo XIXy, sobre
todo, los estamentos militares, crecieron con la idea de vengar la afrenta
recuperando esos territorios. En 1914 sólo
hubo un 1 % de desertores en el ejército francés, en comparación con el
30 % de 1870.
Mientras tanto, los países
de los Balcanes liberados del Imperio otomano (el «enfermo
de Europa») fueron objeto de rivalidad entre las
grandes potencias. Turquía, que se
hundía lentamente, no poseía en Europa —hacia 1914— más que Estambul, la antigua
Constantinopla. Todos los
jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumanía, Serbia, Montenegro y Albania) buscaron
expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1910 y
1913, conocidos como Guerras
Balcánicas.
Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio
otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los
estrechos. El Imperio
austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el
valle del Danubio hasta
el mar Negro, sometiendo
a los pueblos eslavos. El Imperio ruso, que estaba ligado histórica y
culturalmente a los eslavos de los
Balcanes, de confesión ortodoxa —ya
les había brindado su apoyo en el pasado— contaba con ellos como aliados
naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes».
Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a
partir de 1882:
- La Triple Entente: Francia, Reino Unido y Rusia.
- La Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia.
A este período se le conoce como Paz armada, ya
que Europa estaba
destinando cuantiosas cantidades de recursos en armamentos5y, sin
embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.
Detonante del conflicto
El evento detonante del conflicto fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a
manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro
del grupo serbio "Joven Bosnia", ligado al grupo nacionalista Mano
Negra, que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia. Francisco Fernando era
el heredero de la corona austro-húngara después de la muerte de su primo, Rodolfo de Habsburgo (en
1889) y de su padre Carlos Luis de Austria (en 1896). Su
asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que
desencadenó la Primera Guerra Mundial.
El Imperio austrohúngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán,
investigar el crimen en territorio serbio, ya que consideraba que la
organización paneslavista Mano
Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio
Austrohúngaro dio un ultimátum el 7 de julio a
Serbia, la que con apoyo ruso no
aceptó todas las condiciones impuestas, en particular la participación de
policías austríacos en investigaciones en territorio serbio.
Ante dicha negativa, el 28 de julio de
1914, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia. Acto seguido el 29 de julio Rusia
ordenó la movilización general. En función de las alianzas militares, el 1 de agosto, Alemania
le declaró la guerra a Rusia, al considerar la movilización como un acto de
guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud, de la alianza militar franco-rusa de 1894 Francia
tomó algunas medidas de precaución en sus fronteras. Alemania, al conocer la
agitación que reinaba en Francia a causa del inesperado ataque contra Serbia y
la movilización rusa le declaró la guerra a Francia el 3 de agosto.
Guerra de
movimientos
En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los
generales, que habían estudiado las guerras
napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial
del enfrentamiento, basado en el uso masivo de la infantería. Respondiendo a la
enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y artillería pesada),
las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería inútil como medio
para romper el frente.
Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria
rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la
frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas
en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los
alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un
movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y
marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de1905) y luego
enfrentarse a las fuerzas enemigas y empujarlas hacia el Jura y
Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el
ataque frontal en Alsacia-Lorena.
El comienzo del plan trascurrió perfectamente para el Reich. Sus tropas
avanzaron sobre Bélgica el 4 de agosto, lo cual provocó la intervención
inglesa. Posteriormente derrotaron al ejército francés en diversas batallas.
Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero
resultó un fracaso debido a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto
y a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Semanas después los
alemanes estaban ya ubicados en el río Marne, donde
chocaron con el Cuerpo Británico y el ejército francés, quienes frenaron
el avance imperial. La derrota germana frustró el plan original y acabó con las
expectativas de una conflagración breve, marcando el abandono definitivo de los
planes anteriores a la guerra. En ese momento comenzó la «carrera hacia el
mar»: los dos ejércitos marcharon hacia el Mar del Norte; ataques y
contra-ataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría en territorio
francés y belga. Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor
número, junto a los restos del ejército belga.
Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado, lo cual
lograría después con ayuda alemana, en agosto del 1915. Rusia invadió Prusia Oriental, pero los
generales de estado mayor prusianos Hindenburg y Ludendorff los
batirán contundentemente en Tannenberg.
En el curso de 1915, dos nuevos
países entraron en la guerra: Italia del
lado de los Aliados y Bulgaria al
lado de las potencias centrales, que con este apoyo derrotan y ocupan a Serbia.
Desde el comienzo de la guerra, el Vaticano y Suiza intentaron
infructuosamente sondeos por la paz.
Frente
occidental
El 4 agosto de 1914, el
ejército alemán abrió el frente occidental invadiendo Bélgica y Luxemburgo, con un
ataque a la ciudad de Lieja, y luego
obteniendo el control militar de regiones industriales importantes del este
de Francia, derrotando
al ejército francés en la batalla de Lorena, la batalla
de Charleroi (21 de agosto) y en la
batalla de Maubeuge una
semana más tarde. La fuerza del avance fue contenida drásticamente con la primera batalla del Marne en
septiembre de 1914, donde
enfrentaron al Cuerpo Británico compuesto por 5 divisiones experimentadas y las
tropas de reserva francesas. Los taxis de París ayudaron a trasladar a los
efectivos ingleses al frente. El equilibrio de fuerzas y las nuevas armas
facilitaron la defensa frente al ataque e impusieron la estabilización del
frente. Ambos contendientes se atrincheraron en una línea sinuosa de posiciones fortificadas
que se extendía desde el Mar del Norte hasta
la frontera suiza con
Francia. Esta línea permaneció sin cambios sustanciales durante casi toda la
guerra.
Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques
aliados fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos
frentes. En estos ataques se recurrió a bombardeos masivos de artillería y al
avance masivo de la infantería. Sin
embargo, la combinación de las trincheras, los nidos de ametralladoras, el alambre de espino y
la artillería infligían
cuantiosas bajas a los atacantes y a los defensores en contraataque. Como
resultado, no se conseguían avances significativos. Las condiciones sanitarias
y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas.
Soldados británicos en las trincheras, durante la batalla del Somme, 1916.
En otoño de 1915 el general Joseph
Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés, que concluyó en un gigantesco
fracaso. Después de este éxito defensivo, a finales de año, el general Von
Falkenhayn, Jefe de Estado Mayor, propuso al Kaiser su
proyecto de atacar Verdún. Plaza
fuerte e impenetrable según la propaganda francesa, pero que estaba en posición
delicada por no poseer un camino o vía férrea para su reavituallamiento. Los
alemanes esperaban que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses.
El 21 de febrero de 1916, el ataque
se inició con la artillería bombardeando violentamente las posiciones aliadas.
Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron enormes. El 25
de febrero, el general Langle de Cary decidió
abandonar la ciudad, pero el mando francés no estaba dispuesto a perder Verdún
y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien
organizó una serie de violentos contraataques.
El 1 de julio, los
británicos desataron una gran lucha paralela en la batalla del Somme, a fin de
dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes
retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el frente casi no se
modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares de miles de bajas.
En un esfuerzo por romper este callejón sin salida, este frente presenció
la introducción de nuevas tecnologías militares, incluyendo el gas venenoso y
los tanques. Pero sólo
tras la adopción de mejoras tácticas se recuperó cierto grado de movilidad.
A pesar del estancamiento de este frente, este escenario resultó decisivo.
El avance inexorable de los ejércitos aliados en 1918 convenció a los comandantes
alemanes de que la derrota era inevitable, y el gobierno se vio obligado a
negociar las condiciones de un armisticio.
Frente oriental
La estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. El ejército ruso
contaba con 8 millones de hombres en 1914, pero estaba compuesto principalmente
por campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados. El mando
ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la Batalla de Tannenberg (Prusia Oriental) del 26
al 30 de agosto de 1914, y en la
batalla de los lagos Masurianos del 6
al 15 de septiembre de 1914. Los rusos
sufrieron grandes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse.
Los comandantes alemanes en esta exitosa campaña defensiva fueron Paul
von Hindenburg y Erich Ludendorff.
Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión de Galitzia. En junio
de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa, dirigida por el general Alexéi
Alexéievich Brusílov, que se interna en las líneas
austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a las filas rusas, demostrando
la fragilidad del Imperio austrohúngaro. Motivada por esta circunstancia, Rumanía declara
la guerra a los Imperios
Centrales, pero es fácilmente derrotada y ocupada por
los alemanes, lo que compromete aún más la posición rusa. El Imperio de
los Romanov no
volvería a intentar ninguna ofensiva de relevancia en el resto de la contienda.
Alemania pasó a la ofensiva y conquistó el golfo de Riga,
destruyendo o capturando a buena parte de los contingentes rusos. El frente
oriental estuvo en constante movimiento y no conoció la guerra de trincheras.
La caballería jugó aún cierto papel en esta guerra de movimientos.
Otros frentes
Si bien los principales esfuerzos de los beligerantes se concentraron en
los frentes occidental y oriental, la guerra se libró con mayor o menor
intensidad en distintas partes del globo. Se combatió en los Balcanes, en los
Dardanelos, en Oriente Medio, en el Cáucaso, en los Alpes italianos, en África,
en Extremo Oriente, en el Pacífico y en el Atlántico.
Frente balcánico
En la región de los Balcanes, tuvieron lugar una serie de campañas
militares entre las Potencias Centrales (Austria-Hungría, Alemania, el Imperio
Otomano y Bulgaria) por un lado y los aliados (Serbia, Montenegro, Rusia,
Francia, Reino Unido y más tarde Rumanía y Grecia), por otro. En este teatro de
operaciones la guerra comenzó con la invasión austro-húngara a Serbia en 1914,
que acabó con la conquista de Serbia y Montenegro a fines de 1915. Las fuerzas
serbias fueron atacadas desde el norte y el este y se vieron obligadas a
retirarse del país, sin embargo, el ejército serbio se mantuvo operativo,
aunque emplazado en Grecia.
En el otoño de 1915, los aliados intentaron ir en ayuda de los serbios, por
medio de una expedición franco-británica que se estableció en el puerto de
Salónica, en Grecia. El plan aliado consistía en socorrer a los serbios desde
el sur, abriendo un frente en Macedonia. La
expedición llegó demasiado tarde y con insuficiente fuerza para evitar la caída
de Serbia, y se vio complicada por la crisis política interna en Grecia. No
obstante, se logró mantener estable el frente macedonio, desde la costa
albanesa al río Estrimón, en
Bulgaria, hasta 1918.
En 1916 Rumanía entra en guerra contra las Potencias Centrales, pero esta
decisión resultó desastrosa para los rumanos. Poco después de la declaración de
guerra rumana, una ofensiva combinada entre los alemanes, austro-húngaros,
búlgaros y otomanos conquistó dos tercios del país en una rápida campaña que
finalizó en diciembre de 1916. Sin embargo, los ejércitos ruso y rumano
consiguieron estabilizar el frente y mantenerlo en Moldavia. En 1917, Grecia
entró en la guerra del lado aliado, y en septiembre de 1918 se produjo la gran
ofensiva aliada de una fuerza multinacional acantonada en el norte de Grecia,
que dio lugar a la capitulación de Bulgaria y a la liberación de Serbia.
Frente del Oriente Medio
Los Aliados contaban con la debilidad del Imperio Otomano para
abrir una vía directa y apoyar a sus aliados rusos. La campaña de los Dardanelos fue
iniciada por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para
controlar el estrecho de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al
Imperio Británico revitalizar a Rusia, neutralizar al Imperio Otomano y
encerrar a los imperios centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el
despliegue de una imponente flota inglesa y el desembarco de tropas en Galípoli, pero los
otomanos, mandados por Mustafa
Kemal Atatürk, se defendieron con una eficacia inesperada.
Los aliados no consiguieron penetrar en el Imperio Otomano y fracasaron en las
sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en
una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de
los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés
decidió evacuar Galípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia. Este
ejército sostendría enseguida a los serbios que no se rindieron. Ante todo, se
mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia de
entrar en la guerra.
Durante todo el conflicto, los británicos fomentaron el sublevamiento de
las tribus árabes para perturbar a los otomanos. En esta misión destacó el
célebre oficial T. E. Lawrence, Lawrence
de Arabia. La Declaración
Balfour propuso el establecimiento de un Estado
judío en Palestina, para
motivar a los judíos estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en
la guerra. En 1916 los británicos atacaron Palestina, cuyo control mantendrían
hasta 1948.
Frente Italiano
En 1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una
larga serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa.
En 1917, son los austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, los que baten
duramente a los italianos en Caporetto. Este
desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se estabiliza sobre
el río Piave.
La guerra en África
En África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las
colonias alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y Camerún se rindieron
rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por
el ejército sudafricano y
ocupada totalmente en 1915 . Sólo
la colonia de Tanganica, bajo la
dirección del general Paul
von Lettow-Vorbeck, resistió bajo dominio alemán hasta el final
de la contienda.
La guerra en el Extremo Oriente y el Pacífico
Tras el estallido de la guerra, el Imperio Japonés envió
un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste
de China). Alemania
se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los
aliados el 23 de agostode 1914. Las tropas
japonesas ocuparon las posesiones alemanas en las islas Carolinas y Marianas. En 1915,
Japón presentó las Veintiuna
exigencias a China que
obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwán a
ningún país, excepto a Japón. En 1919, China cedió los derechos comerciales
de Mongolia Interiory Manchuria a
Japón.
Mientras tanto, en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas
de importancia. Las tropas australianas estacionadas
en Papúa ocuparon
sin problemas la Nueva
Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda dirigieron
ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto
chino de Qingdao, principal
base alemana en Extremo Oriente, fue
ocupado por los japoneses.
Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las
islas del Pacífico que
había ocupado.
La guerra en el mar
La guerra naval en la Primera Guerra Mundial se caracterizó por los
esfuerzos de los Aliados, especialmente Gran Bretaña, de imponer un bloqueo
marítimo a los Imperios Centrales, utilizando sus grandes flotas navales; y por
el empeño de estos de romper el bloqueo o establecer ellos mismos uno efectivo
hacia el Reino Unido y Francia. Los alemanes, que contaban con una importante
flota de submarinos, intentaron
imponer un bloqueo completo a estas potencias ya nombradas, interceptar el
apoyo de sus colonias y romper las rutas de aprovisionamiento entre América (carne
de Argentina, armamento
estadounidense) y Europa.
El Mar del Norte y
el Canal
de la Mancha fueron los principales teatros de
operaciones de la guerra en el mar. En ellos se enfrentaron la Gran Flota británica
y la Flota de Alta Mar alemana,
que protagonizaron tres grandes batallas. En agosto de 1914 se encontraron en
la batalla de Heligoland, en enero
de 1915 en la batalla del Banco Dogger, ambas a favor del Reino Unido. A mediados de 1916 ambas flotas se
encontraron en pleno frente a la península de Jutlandia. En la Batalla
de Jutlandia los alemanes, dirigidos por los
almirantes Reinhard Scheer y Franz von Hipper, tenían
como objetivo impedir el abastecimiento británico desde Noruega. La batalla
comenzó el 31 de mayo, y fue el
mayor combate naval registrado durante la guerra. No hubo un total ganador, ya
que la Marina
Real Británica, bajo mando de los almirantes John Jellicoe y David Beatty, perdió más
hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper el bloqueo y tuvieron más
buques dañados.8
Además la guerra en el mar se disputó en otros escenarios. En el Atlántico la
actividad alemana se caracterizó por la guerra submarina. En el Mediterráneo,
las flotas aliadas (británica, francesa e italiana) se
enfrentaron a la Armada Austro-Húngara en elAdriático, siendo el
mayor enfrentamiento la batalla del canal de Otranto en
1917;9 y a la
Armada Otomana durante la campaña de los Dardanelos. En el Océano Pacífico se
enfrentaron el Escuadrón Alemán del Lejano Oriente, comandado por el
almirante Graf
von Spee, con el 4° Escuadrón de la Real
Marina Británica, la Real Marina Australiana y algunas
unidades de la Marina Imperial Rusa y de la Armada Francesa. Las principales
batallas de este teatro de operaciones fueron la batalla de Coronel y la
batalla de las Malvinas.
El epílogo a la contienda naval, lo puso el hundimiento de la flota alemana bajo
el mando de Ludwig von Reuter por
sus propios tripulantes mientras se encontraba internada en Scapa Flow, para
evitar que la Flota de Alta Mar fuera
repartida entre los aliados.
El 16 de enero de 1917, el ministro alemán del Exterior, Arthur Zimmermann, envió un
telegrama al embajador en México, Heinrich
von Eckardt, con indicaciones precisas para convencer al
presidente Venustiano
Carranza, de que México entrase
a la guerra del lado de los Imperios
Centrales. A cambio, el telegrama prometía a México la
restitución de los territorios anexionados por Estados Unidos en la guerra de
1847-1848 por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Dicho telegrama
también sugería que el presidente Carranza se comunicase con Tokio para
llegar a un acuerdo que hiciera que el Imperio japonés se
pasase a lado alemán. El telegrama fue interceptado por fuerzas de inteligencia
británicas, lo que provocó la entrada de Estados Unidos a la
guerra. Carranza no aceptó la oferta, puesto que México estaba
inmerso en la Revolución
mexicana y no se encontraba en condiciones
económicas adecuadas. Además, el mandatario se encontraba preocupado por
la Expedición
Punitiva estadounidense. México no
sólo no entró a la guerra, sino que envió a Francisco León de la Barra como alto
comisionado mexicano de la Paz.
En 1917, el Estado
Mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los Aliados en el Oeste y hundir de
una vez a las desalentadas tropas zaristas, luego de la victoria táctica de los
británicos en Arras. Los
franceses, tras el fracaso total de su ofensiva de Chemin
des Dames, no son capaces de lanzar ninguna otra
ofensiva, limitándose a resistir. El 7 de junio los británicos lanzan una
ofensiva en Flandes, sin
embargo, no consiguen romper el frente. El conflicto se estanca y el desaliento
cunde en la retaguardia. La población civil padece restricciones, sobre todo en
Alemania, bloqueada por los aliados.
En abril de 1917 los Estados Unidos le
declararon la guerra a los imperios centrales, lo que le dio a la contienda el
carácter mundial. No obstante, sus efectos no se sentirían sino hasta 1918. El
hecho que motivó el ingreso de Estados Unidos en la guerra, fue el hundimiento
del Lusitania (hundido
el 7 de mayo de 1915), donde murieron 123 estadounidenses, por un submarino
alemán. Este hecho provocó una viva reacción en Estados Unidos, que se preparó
para entrar oficialmente en guerra al lado de los aliados.
En febrero de 1917 en Rusia estalla la Revolución
Rusa, la cual obligó a abdicar al Zar Nicolás II, quedando el país bajo el
mando de Aleksandr
Kérenski, quien continuó en guerra contra Alemania.
Sin embargo en noviembre estallaría la revolución
bolchevique, que depuso al gobierno de Kérenski. Este
clima de inestabilidad permitió a los alemanes avanzar considerablemente en
Rusia.
Los bolcheviques tomaron
el control total y firmaron el armisticio con los imperios centrales en el mes
de diciembre, después de
la Paz
de Brest-Litovsk (negociada por León Trotsky) en marzo
de 1918. Para
obtener esta paz consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales.
Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia, los países
bálticos y parte de Bielorrusia. El Reich
aprovechó esta victoria para enviar casi todo su ejército oriental al frente
occidental e intentar obtener una victoria rápida antes de la llegada masiva de
los estadounidenses. Era su baza definitiva, ya que Austria-Hungría, Bulgaria y
el Imperio Otomano daban muestras de desaliento ante las mayores reservas financieras
y de hombres de los Aliados.
Finalmente el 17 de julio de 1918 el Zar Nicolás II fue
asesinado con toda su familia en Ekaterimburgo, por temor
a que el avance de la Legión
Checoslovaca hacia la ciudad, pudiera liberar al
Zar. La revolución rusa, en particular luego del tratado de Brest-Litovsk, dio
paso a una guerra civil, que se
extendió hasta 1923, provocada por el levantamiento de grupos anti bolcheviques
dentro y fuera de Rusia, que se organizaron para actuar contra el nuevo
régimen.
Fin de la
guerra
Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen
todas sus fuerzas en su última ofensiva, nombrada por el General de Infantería Erich Ludendorff como Kaiserschlacht (nombre
clave Michael), a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandes y
en Champagne. Esta
comenzó el 21 de marzo y se extendió hasta el 5 de abril, aunque con el final
de esta los alemanes continuaron con una serie de cuatro ofensivas hasta el 17
de junio. Pero, mal alimentadas y cansadas, las tropas alemanas no pudieron
resistir la contraofensiva de Foch y
fallan frente al objetivo final: París, quedando a 120 km de la capital gala.
El General Foch comanda sus tropas francesas y estadounidenses hacia la
victoria, en la segunda batalla del Marne. Los primeros tanques británicos
entraron en combate y la superioridad aérea aliada era evidente.
Es el principio del fin para los Imperios
Centrales. En los Balcanes, las tropas francesas
atacan las líneas búlgaras en Macedonia. Después de
pocos días de lucha, Bulgaria comprende
que no puede hacerles frente y pide el armisticio. El Imperio otomano está
al límite de sus fuerzas y no puede contener a los británicos que han tomado
ya Jerusalén y Bagdad y
avanzan hacia Anatolia. Franceses
y británicos ocupan el Oriente Próximo e Irak y el Imperio Otomano también se
rinde.
El duelo entre italianos y austríacos está asimismo por resolverse.
El General Díaz se ve
presionado por su gobierno, que necesita de una victoria en el frente alpino
para poder negociar. Los italianos derrotan a Austria-Hungría en Vittorio Veneto. Este hecho se suma al descalabro del
ejército imperial en los Balcanes, y la monarquía de
los Habsburgo se
hunde.
El Reich está
en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su población civil
sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite, sin reservas y
desmoralizado. Ludendorff y Hindenburg son
partidarios de la capitulación inmediata, pues creen que el frente se
derrumbará en cualquier momento. En efecto, tropas estadounidenses de repuesto
no paran de desembarcar e incluso Italia se prepara para enviar un contingente
a Francia. El 8 de
agosto un ataque aliado cerca de Amiens tiene
éxito y rompe el frente alemán; los aliados penetran en Bélgica. El Alto Mando
pide al brazo político iniciar inmediatamente negociaciones de paz. Cunde la
convicción de que la guerra está perdida. Wilson proclama que Estados Unidos sólo
negociará con un gobierno alemán democrático. Los Hohenzollern tienen
los días contados. Tras una revolución
obrera en Berlín, el Káiser huye
a Holanda. El
gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de
1918. La guerra termina con la victoria de los Aliados.
Tratados de paz
Tras el conflicto, se firmaron varios tratados de paz por separado entre
cada uno de los vencidos y todos los vencedores, con excepción de Rusia, que
había abandonado la guerra en 1917. Al conjunto de estos tratados se le conoce
como La Paz de París(1919-1920).
Versalles: Firmado el 28 de junio de
1919 entre los aliados y Alemania. El antiguo territorio del Imperio alemán fue
cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado,
confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones
—que terminó de satisfacer casi un siglo después, en 2010—10 y
tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura
entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo
conflicto mundial. Con este tratado también fue creada
la Sociedad
de Naciones.
Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de
1919 entre los aliados y Austria-Hungría. En este tratado se establecía el
desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio
Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba
solamente el alemán.
Sèvres: Firmado
el 10 de agosto de
1920 entre el Imperio Otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados
Unidos). El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas
posesiones, limitando sus territorios a Constantinopla y parte de Asia Menor.
Trianon: Acuerdo
impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados, en el que se
dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.
Neuilly: Firmado el
27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine (Francia) entre Bulgaria y las
potencias vencedoras. De acuerdo con lo estipulado en el tratado, Bulgaria
reconocía el nuevo Reino
de Yugoslavia, pagaba 400 millones de dólares en concepto
de indemnización y reducía su ejército a 20.000 efectivos. Además, perdía una
franja de terreno occidental en favor de Yugoslavia y cedíaTracia occidental
a Grecia, por lo que quedaba sin acceso al Mar Egeo.
Aspectos
económicos
La primera guerra mundial fue la primera que exigió a los gobiernos
intervenir en la economía para lograr resolver cuestiones de envergadura
relacionadas con la disponibilidad de los factores
de producción y la necesidad de distribuirlos en un
escenario caracterizado por deudas crecientes y diversificadas y por
restricciones a la importación.
Producción: El accionar del Estado en
relación a los procesos productivos se limitó al control de los mismos sin
afectar los principios de la libre empresa. El principal problema para la
producción fue el factor trabajo ya que la mano de obra estaba en
reclutamiento. En consecuencia, las potencias en guerra recurrieron al trabajo
femenino. En el sector agrario se
incentivó la producción por todos los medios. Por ejemplo, Alemania obligó a
cultivar las tierras comunales e Inglaterra estableció multas al terreno
baldío. La producción industrial también experimentó un importante crecimiento
sobre todo la industria metalúrgica para la fabricación de armamento y la
textil para la confección de uniformes.
Distribución e intercambios: Los problemas de distribución de materias primas y alimentos se
fueron agudizando a medida que transcurría la guerra. Los bloqueos comerciales
por parte de ambos bandos obligaron a cambiar las rutas de comercio con un
correspondiente aumento de los fletas. A su vez, una economía
de guerra obligó a las autoridades a fijar cupos
de importación, fijar precios y crear organismos de distribución de alimentos.
Hasta Inglaterra, quien había mantenido el libre comercio durante
la crisis de 1873, debió
realizar medidas proteccionistas como derechos arancelarios. Por otro lado, los
problemas de transporte interno
fueron serios, por ejemplo, el Estado alemán subordinó a las empresas
ferroviarias para organizar la circulación.
Financiamiento: El conflicto armado significó para los
Estados involucrados en él un aumento del gasto público lo que
provocaba inflación. Las
posibilidades de financiamiento de la guerra eran tres: emitir moneda, recaudar
más impuestos y a través de empréstitos internos. Una cuarta opción era
la financiación externa en el
caso de Gran Bretaña y sus aliados. Alemania tenía la idea de que al final de
una guerra victoriosa, los vencidos pagarían los costos. Por eso, en su
mayoría, recurrió a empréstitos internos para financiarse. Francia compartía la
misma noción de Alemania y pensaba que los vencidos pagarían los costos de
guerra. Recurrió en gran medida al crédito exterior, emisión de bonos y
empréstitos de guerra. Inglaterra por su parte, logró la autorización para
emitir moneda de los límites establecidos por ley; aunque la mayor financiación
la obtuvo a partir de reformas impositivas. Con respecto a la financiación
exterior, Gran Bretaña inicialmente era el banquero de sus aliados debido a su
posición privilegiada. A medida que avanzó el conflicto, encontró cada vez más
dificultades para desempeñar ese papel por lo que empezó a recibir dinero de
Estados Unidos. En consecuencia, el papel de gran acreedor pasó en manos de
EE.UU.
Empresas: Las empresas beneficiadas con la guerra
fueron una serie de nuevas industrias que proveían bienes y servicios al ejército. El
crecimiento de la demanda bélica
favoreció a su vez el perfeccionamiento de las técnicas de organización científica del trabajo,
concentrándose el fenómeno de estandarización. A partir de ella, la fabricación
de un gran número de artículos se redujo a un corto número de tipos
normalizados para ser producidos en serie. Por otro lado, la guerra modificó de
manera profunda las relaciones entre gobierno, ciencia e industria. El Estado
asumió la responsabilidad directa en la orientación de la actividad científica
y la aplicación de esta en la industria. La guerra constituyó una etapa más en
el proceso de concentración económica. La posición privilegiada que ostentaban
las grandes empresas ya antes del conflicto les permitió ser beneficiarias
preferenciales de los contratos estatales destinados al aprovisionamiento de
las tropas, así también como créditos más baratos.
El resto del mundo: La guerra fue un importante factor en
la expansión económica de algunos países situados fuera del escenario principal
de los acontecimientos. Se abrieron perspectivas de exportación para
cubrir una demanda distorsionada que permitía vender a precios altos,
alimentos, materias primas, y productos industriales. Estados Unidos, al ser el
único país industrializado fuera de Europa, abasteció la demanda de los que
peleaban, de los países que antes compraban a Europa y de sus propias
necesidades desde que entró en guerra en 1917. En América Latina, la guerra
favoreció la expansión de la exportación de materias primas y alimentos que
constituían la base de su participación en el mercado mundial. Por otro lado,
el vacío generado por el retiro de capitales británicos
en la región, permitió la posición de capitales privados estadounidenses. Japón, si bien
estaba en guerra, su participación fue escasa, por lo que la actividad
económica apenas se vio afectada. La base de la expansión japonesa fue la
exportación de productos industriales hacia los mercados asiáticos abandonados
por los europeos.
Consecuencias
Lucharon 65,8 millones de soldados, de los que murieron más de 1 de cada 8,
un promedio de 6.046 hombres muertos cada día en los cuatro años que duró la
guerra.11 A
consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios -el alemán, el
austrohúngaro, el ruso y el otomano- y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y
los Romanov. Confirmaba
el final del Absolutismo
Monárquico en Europa. Se calcula que la guerra
produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de
discapacitados. Francia fue el país más afectado proporcionalmente: 1,4
millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población
activa masculina, acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento
demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo
logró crecer con la inmigración. El norte francés estaba en ruinas: casas,
puentes, vías férreas, fábricas, etc.
En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que
transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz
de 1919:
- el Imperio del zar quedó transformado en la Rusia comunista (más
tarde la URSS),
- el Imperio Otomano se disolvió dando
paso a Turquía (península de Anatolia y Constantinopla),
- el Imperio Austrohúngaro fue disuelto
dando paso a los Estados de Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes,
- el Imperio alemán finalizó y
fue reemplazado por la República de Weimar, que gobernaría
sobre una Alemania mermada territorial y económicamente por el pago de
las reparaciones de guerra.
Nuevo equilibrio político mundial. Aunque las colonias
suministraron víveres, materias primas y combatientes a sus metrópolis, tras la
guerra los pueblos coloniales empezaron a cuestionar sus lazos con la metrópoli
y reclamaron una mejora de su situación. Esto, sumado al progreso del
nacionalismo en el seno de las colonias, constituirían el proceso de
descolonización que iniciaría tras la Guerra y que concluiría con la
independencia de varios Estados actuales, luego de la Segunda Guerra Mundial. A
este primer declive de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la
expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto con Japón,
que reconsideraría su aislamiento de los asuntos mundiales, y que junto con el
Imperio Japonés tendrían un lugar destacado en la escena internacional.
Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con
el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los
pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las
mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad y se volvieron indispensables
durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas
(para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba,
el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos,
Turquía y Rusia, pero no en Francia. Los cambios sociales estarán estrechamente
ligados a la lucha política que emprenderán el Liberalismo, el Comunismo, y el
Fascismo a lo largo del siglo XX.
Consecuencias tecnológicas. La contienda reveló la maquinaria de terror
paradójicamente surgida de los avances y progreso de la ciencia y la
tecnología. El intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra
(vgr. Fusiles de repetición, ametralladoras, gases venenosos dando
origen a la guerra biológica y química, vehículos de combate, dirigibles, primeros
aviones de guerra, y acorazados de acero) modificarían la ciencia militar cuyas
prácticas datan de varios siglos atrás de conflictos humanos. La artillería
multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección.
El transporte motorizado se generalizó y volvió obsoleta la artillería
impulsada por personas o animales de tiro; el caballo dejó de ser útil como
instrumento militar, si bien siguió utilizándose en la 2ª Guerra Mundial en las
largas líneas de abastecimiento. Igualmente supuso cambios en la estrategia
militar donde en adelante sería necesario el sigilo y el escondite de las
tropas para poder combatir, modificando la vestimenta de los soldados con tal
fin.
También se revelaría el grave daño que padecería la población civil producto
de los bombardeos a las ciudades y otros daños colaterales; la población civil
y no beligerante se transformarías en nuevas víctimas visibles y objetivos
militares de la nueva forma de hacer la guerra que reveló la Primera Guerra
Mundial, producto de la masificación de los ataques no convencionales por un
armamento mucho más destructivo y de mayor alcance.
Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados
tras la guerra, principalmente el suscrito en Versalles,
ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania
republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su
economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto
izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes
contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron
en Múnich. La
revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a
los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución
progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando
Hitler aún seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la
población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a
los políticos que la rendición era ineludible. Pero Hitler sostuvo esta tesis
en el Partido Nacional Socialista Alemán de
los Trabajadores y, con ella, dirigió el
denominado Putsch
de Múnich de 1923 contra la sede del gobierno. El
golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante ocho meses.
Sin embargo, el 30 de enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el
presidente Paul
von Hindenburg, y el 5 de marzo de 1933 obtuvo el 43,91% de
los votos en las elecciones, con lo que
obtuvo la mayoría del Reichtag.
Fuente Wikipedia.
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